El libro en el siglo XVI

¡Hola de nuevo! ¿Qué tal las vacaciones? He tenido descuidado el blog durante todo el verano porque he estado liada con nuevos proyectos, pero ya he vuelto. Espero que vosotr@s hayáis tenido un buen verano.

Como veis ha habido cambios en el blog. Ahora es más claro y creo que facilita la lectura. Espero que os guste.

En esta ocasión he decidido retomar la historia del libro para contaros cómo era el libro en el siglo XVI y la censura ejercida por parte de la Iglesia Católica y de los reyes españoles.

 

¿QUE PASO EN EL SIGLO XVI?

Para entender mejor la situación que vive el libro en el siglo XVI vamos a repasar brevemente algunos de los hitos mas importantes sucedidos en este siglo.

El siglo XVI es conocido como el “siglo de las Colonias”. En esta época España y Portugal se convierten en dos grandes potencias mundiales, gracias a sus exploraciones y conquistas. Además los reyes de ambos reinos están estrechamente vinculados debido a sus lazos familiares.

A nivel europeo, el siglo XVI es un periodo de auge económico y demográfico. También se produce un renacimiento de la agricultura y la ganadería. Esto se debe, por un lado, al crecimiento de la población y, por otro, a la llegada de nuevos productos de las tierras conquistadas y al envío de productos propios para intercambio.

La expansión mercantil europea que se produce a partir del siglo XVI, provoca que la burguesía cobre cada vez mas importancia y que en siglos posteriores intente lograr mas poder político y económico.

En el ámbito religioso, por un lado, Martin Lutero inicia su reforma protestante con la que trata de discutir la autoridad del Papa y de la Iglesia Católica. Por otro lado, Enrique VIII crea la iglesia anglicana para poder divorciarse sin necesidad de la intervención papal.

La Iglesia Católica para intentar contrarrestar la reforma protestante de Lutero, convoca el Concilio de Trento, donde establece:

  • La reanudacion del tribunal del Santo Oficio (Inquisicion)

  • La creación del Index Librorum Prohibitorum, que era una lista de libros prohibidos para los católicos.

  • La incentivación de la catequización de los habitantes de América, con la creación de nuevas ordenes religiosas.

Tras este breve resumen sobre el siglo XVI veamos cómo eran los libros en esta época.

 

Arte de Navegar. Libro impreso en el siglo XVI
Arte de navegar, año 1545. Impreso en Valladolid en casa de Francisco Fernández de Córdoba.
Fuente: Biblioteca Nacional de España.

 

¿COMO ERA EL LIBRO DEL SIGLO XVI?

Hasta la segunda mitad de este siglo, el libro sigue manteniendo las caracteristicas de los incunables. Como ya escribi un post sobre los incunables, no voy a entrar en detalles, y os dejo el enlace para que podais leerlo “Incunables: los primeros libros impresos”.

En cuanto a la tipografía se impone la letra redonda, salvo en Alemania.

En el siglo XVI la imprenta y los talleres fijos se consolidan. En el comercio del libro, junto al impresor comienza a aparecer la figura del comerciante librero.

Se incrementa la producción de libros en latín dirigidos a las universidades y ordenes religiosas, pero también se editan obras en griego y en hebreo. Con el paso del tiempo se van imponiendo los libros publicados en lenguas vernáculas.

Con respecto al contenido, los libros poco a poco se van orientando a proporcionar información moderna y actualizada y se amplia el publico al que van dirigidos. Se observa un mayor numero de libros sobre avances científicos, que interesan mas fuera de las universidades que dentro y a los laicos mas que a los religiosos. El objetivo principal de estos libros es resolver problemas prácticos a los profesionales.

En el siglo XVI la ilustracion del libro se caracteriza por su gran riqueza. Abundan los libros con orlas y con motivos ilustrativos. Para realizar las ilustraciones se utiliza el sistema de grabados en cobre, en los que se incluyen el nombre del dibujante y el del grabador. Estos grabados en cobre se imprimen separadamente del texto.

 

Libro del siglo XVI sobre viajes. Autor Le Moyne
Narración de Le Moyne, un artista que acompañó la expedición francesa a Florida bajo el mando de Laudonnière, 1564.
Fuente: Biblioteca Digital Mundial.

 

A mediados del siglo XVI se generalizan las cubiertas grabadas, con el objeto de atraer a los compradores. El tema habitual suele ser un dibujo arquitectónico o pórtico, como símbolo para invitar al lector a la lectura.

 

¿COMO ESTABAN ENCUARDENADOS LOS LIBROS DEL SIGLO XVI?

El aumento de la producción de libros provoca un aumento de los talleres de encuadernación, que empiezan a ubicarse fuera de las propias imprentas.

Se generaliza el uso de las planchas metálicas para el grabado del titulo y de los dibujos en la piel del libro, mediante la estampación con la prensa. Los dibujos suelen ser escenas religiosas, bustos y escudos.

También se usan técnicas musulmanas, referidas al uso de arabescos y al dorado. El dorado se inicia en Napoles por influencia española y consiste en fijar los dibujos a la piel, mediante presiones de hierros calientes sobre finísimos panes de oro. Los panes de oro y plata eran fabricados por los batihojas.

En este siglo Francia ocupa el primer puesto en el arte de encuadernar, gracias a la creación de la Biblioteca Real en Fontainebleau por Francisco I y al trabajo de Grolier, quien desarrollo un estilo propio de encuadernación basado en los trabajos del italiano Aldus Manutius.

La encuadernación de Grolier emplea tapas adornadas por cintas entrelazadas y mosaicos, en las que predomina el dorado. En el centro de la tapa aparece en caracteres dorados el título de la obra y al pie la leyenda IO, abreviatura en latín que significa “De Grolier y sus amigos” (tal y como podéis apreciar en la siguiente imagen).

 

De origine et amplitudine civitatis Veronae. | Torello Sarayna. Siglo XVI
De origine et amplitudine civitatis Veronae. | Torello Sarayna.
Fuente: Europeana

 

Entre las novedades de este siglo hay que destacar la aparición de la encuadernación à la fanfare. Esta técnica se caracteriza por usar multitud de volutas, espirales y figuras geométricas cuyas lineas se entrecruzan formando compartimentos ovales y circulares decorados con arabescos, florones y hojas de laurel. En el central, más amplio, suele aparecer un escudo o un nombre.

 

LA CENSURA SOBRE LOS LIBROS

En este siglo la Iglesia Católica ejerce la censura sobre los libros que se quieren publicar para evitar la propagación de herejias. Algunas fechas importantes a este respecto son:

  • En el año 1515 el Papa León establece la censura previa en toda la cristiandad.
  • En 1524 Clemente VII prohíbe todos los libros de Martin Lutero.
  • Tras el Concilio de Trento, celebrado en el año 1545, el Vaticano crea la Sagrada Congregación del Indice (existente hasta 1966) cuyo objetivo es crear una relación o indice de los libros cuyos lectura esta prohibida a los católicos. Este libro se conoce como “Index librorum prohibitorum”.

La censura ejercida por la Iglesia provoca:

  • la emigración, destierro, encarcelamiento e incluso muerte de algunos impresores, libreros y autores.
  • la aparicion de pies de imprenta falsos.
  • que muchos autores publiquen sus obras en el extranjero.

La Iglesia no fue el único agente censor, ya que los reyes también la realizaron. En España la censura sobre los libros es ejercida por:

  1. Los Reyes Católicos, con su Pragmática de Toledo del año 1502. Estaba dirigida a los impresores y libreros y se establece, por primera vez, la obligación de someter los originales a censura previa, por lo que para que un libro pudiera ser comercializado debía contar con una licencia de impresión.
    Estas licencias eran concedidas por las autoridades civiles de las audiencias y por las autoridades religiosas (obispos y arzobispos).
  2. Carlos V, que instaura la censura previa en todos sus dominios como consecuencia de la reforma luterana.
    En su Pragmática de la Coruña del año 1554, establece que la licencia la otorgará el presidente del Consejo Real, con lo que se centraliza la censura en el poder civil.
  3. Felipe II aprueba una ley en 1558 que configura totalmente el sistema censor y establece los datos que deben aparecer en las portadas de los libros: titulo completo, autor, impresor, lugar de impresión y fecha de edición del libro.
    Esta ley también trae como consecuencia la aparición de los preliminares legales, antecedente de la obra, donde los impresores tienen que publicar todas las licencias, aprobaciones y requisitos que los libros tienen que superar antes de ser puestos a la venta.

¿Como actúa la censura sobre los libros ejercida por el estado? Es una censura a priori, es decir, antes de imprimir el libro. Para ello se entrega el original al Consejo de Castilla, que nombra a un censor encargado de dar la aprobación a la obra. Si la obra es aprobada el Consejo de Castilla emite la licencia para poder imprimirlo.

Posteriormente se entregan uno o dos ejemplares impresos para cotejarlo con el original aprobado. Tras este cotejo, el Corrector General genera un listado de fe de erratas. Como bien suponéis, la fe de erratas no estaba dirigida a proteger al lector contra los textos y datos incorrectos, sino para comprobar que se imprimía lo aprobado por la censura. Una vez realizado ésto y antes de poner el libro a la venta, el Consejo de Castilla ponía la tasa al libro.

La censura ejercida por la Inquisición se realiza a posteriori, es decir, una vez que el libro ya esta imprimido y aprobado. Por ello su trabajo consiste en expurgar los libros (en su totalidad o en parte) que no considera adecuados, en elaborar el Indice de Libros Prohibidos y en otorgar permisos para leer libros prohibidos.

 

LA IMPRENTA EN ESPAÑA

La imprenta llegó a España con retraso y lo hizo a través de Italia.

Aunque España ejercía una hegemonía política y cultural, y existían sesenta ciudades con quinientos talleres, éstos no tuvieron un gran poder económico ni comercial. Así pues muchas ediciones se hicieron fuera de España y los autores españoles se leían en Europa, en versiones originales o en traducciones.

Los primeros impresores fueron alemanes y los dueños de las imprentas eran normalmente familias extranjeras, que abrieron sus casas principalmente en las ciudades universitarias.

Veamos unos breves apuntes sobre la situación de la imprenta en algunas ciudades españolas:

  • Alcala de Henares destacó por imprimirse la “Biblia Poliglota Complutense” (1510-1520). Esta obra, impresa por encargo del Cardenal Cisneros, fue preparada por los más eminentes profesores de la Universidad e impresa por Arnaldo Guillén de Brocar.
    Esta ciudad también destacó por una edición del “Dioscórides” preparada por Nebrija.
  • Salamanca, ocupa el primer puesto entre las ciudades impresoras por sus mil quinientas impresiones.
    Destacaron las obras de los profesores de la universidad y una edición de “Dioscórides”, que alcanzó las tres ediciones y que contenía ilustraciones de numerosas plantas.
  • Valladolid destacó por sus obras jurídicas. Una obra destacada fue el “Arte de navegar”, impresa en el año 1545 por Francisco Fernandez de Cordoba, debido a su calidad de impresión y a que fue muy traducida. La primera imagen que aparece en este post hace referencia a esta obra.
  • Sevilla se caracterizó por la publicación de obras de lectura y entretenimiento.
  • En 1594 se abrió en Madrid la Imprenta Real, entre cuyas impresiones destaca “Opera” de San Isidoro de Sevilla en ocho volúmenes.

 

LAS GRANDES BIBLIOTECAS EN EL SIGLO XVI

En el siglo XVI hubo una gran producción de libros, lo que provocó la creación de numerosas bibliotecas, tanto particulares como oficiales.

Las bibliotecas privadas estaban formadas por obras especializadas en la actividad y aficiones del propietario. Ademas contenian obras religiosas, historicas y literarias, tanto de autores clasicos como contemporaneos.

Por su parte, las bibliotecas oficiales se caracterizaron por estar formadas por fondos muy valiosos, que en muchos casos han llegado hasta nuestros días.

Entre las bibliotecas oficiales destacan:

  • Biblioteca Real, hoy Nacional Francesa, creada por Francisco I. La forman los propios libros del monarca, los heredados de sus
    antepasados, los incautados y un ejemplar de todas las obras
    que se imprimían. Esta biblioteca ha sido durante siglos la primera de las bibliotecas del mundo.
  • Biblioteca Nacional de Baviera: durante algún tiempo la más importante de Alemania y hoy en día una de las que poseen fondos más valiosos.
    Destacan el Breviario de Alarico del año 506 y dieciséis mil incunables, uno de los cuales el Calendario turco, quizá sea el más antiguo impreso con tipos móviles.
  • Biblioteca Nacional Austríaca, creada por el emperador Maximiliano II, a la que los impresores debían remitir un ejemplar de las obras que publicaban.
    Conserva un mapa de los caminos romanos más antiguos del siglo cuarto, y el Salterio de Carlomagno.
  • Biblioteca de la Universidad Complutense, cuyos fondos antiguos proceden de la de Alcalá que contó con valiosos códices latinos, árabes, hebreos y griegos reunidos para preparar la edición de la Biblia Complutense.
  • Biblioteca del Monasterio de El Escorial. Felipe II cedió sus propios libros y luego encargó a sus embajadores que compraran los más importantes. Excepto una buena parte de manuscritos que perecieron en el incendio de 1671, la colección se ha conservado custodiada por los monjes jerónimos y agustinos.
  • Biblioteca Colombina, creada en Sevilla por Hernando Colón, hijo de Cristobal Colón, que recogió unas veinte mil obras contemporáneas de poca extensión. Estableció normas para la consulta y estableció medidas antirrobo.
    A lo largo del tiempo ha sufrido muchas pérdidas y hoy se encuentra depositada en la catedral de Sevilla.

 

Para saber más…

El siglo XVI, publicado en Wikipedia.

La contrarreforma religiosa catolica.

La Pragmatica del 1158 sobre impresión y circulación de libros en Castilla, escrito por Maria del Carmen Utrera Bonet.

La imprenta en España: una historia de amor y odio.

 

Espero que os haya gustado el post. Podéis dejar vuestros comentarios debajo.

 

6 comentarios en “El libro en el siglo XVI

  1. Pingback: Encorchetados

Deja un comentario